Ir al contenido principal

La lengua del infierno

 En un intento por salvarse eligió la última opción, creyó. En el Vaticano reconoció que solo esa lengua que ahí hablaban podría redimirlo del castigo eterno. Subió a los cielos y a la derecha del dios padre leyó: "Prohibida la entrada a cualquiera que conozca la lengua de los nueve círculos del infierno".

Comentarios

Entradas populares de este blog

“El Caribe hervía de conspiradores venezolanos en el exilio”

 “La generación de los perseguidos” es un reportaje escrito en 1958 por Gabriel García Márquez en Caracas tras la llegada de Rómulo Betancourt a Venezuela después de su exilio durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. En su crónica, como llama García Márquez a su texto, reconoce el periplo de los hombres que marcaron la pauta política en el país caribeño para recuperar la democracia. Son cuatro nombres: Jóvito Villalba, Gustavo Machado, Rómulo Betancourt y Rafael Caldera. Este último, el más joven de los cuatro y el único que no fue exiliado durante la dictadura, pues dada su edad, estaba en proceso de formación y su talante democrático no fue una gran amenaza para el dictador. Por otro lado, Gustavo Machado, el de mayor experiencia revoltosa y con más recursos económicos para sostener su rebeldía en el exilio, tuvo entre sus proyectos desembarcar armamento en Venezuela con un barco ruso, idea que les pareció más graciosa que ambiciosa a los soviéticos; un fracaso clandestino q...

Fragmentos de lo inmundo: la nuda imagen en la poesía de Igor Barreto

 Un poeta está frente a las imágenes de los pintores y las pinturas. En un cruce de sentidos, el poeta mira y es mirado, no puede imponer el poder del ojo sobre el color, la figura, el trazo, el fragmento, la técnica, el arte. No sale ileso de la verdad con la que lo azuza la imagen, entonces, responde como un interlocutor. La imagen sabe que ella no dice más que mil palabras, que las necesita del poeta y este, para pronunciarlas, la necesita a ella, fija en su misterio. Al sostener la foto entre las manos vi la imagen y la visité, y ella que estuvo frente a mí también me visitó colmándome de omisiones y figuras. Frente al miedo de quedarse sin imágenes, siempre está lo inmundo. Resistencia al asco, sostener la mirada en el camino de la poesía que va dejando la rata faraónica que destruye los huevos del cocodrilo. En ese camino viscoso, el poeta nos dirige al río donde, quizá, podamos sumergirnos. En un mercado se aprende a caminar por el atajo de la desconfianza y el oro imaginari...